miércoles, 11 de febrero de 2009

PEHUAJO PINO SOLANAS ELECCIONES 2009

Disparen sobre Proyecto Sur.

Es indudable que la presencia de Pino Solanas en el escenario nacional genera cosas. En 2007, con apenas 47 días de campaña, con escasísimo dinero y estructura, Proyecto Sur se convirtió en la 5° fuerza política nacional. En algún lugar se encendió una luz roja. A la izquierda del kirchnerismo había vida. Desde entonces la incomodidad del gobierno es manifiesta y no ahorra munición a la hora de disparar sobre el flanco izquierdo no sumiso.
Es que Solanas no se calla. Como no se calla Claudio Lozano, Alcira Argumedo, Luis Brunati, Carlos del Frade y muchos otros integrantes o no de Proyecto Sur, que desde una postura humanista, ambientalista, nacional y latinoamericanista vienen poniendo en evidencia muchas de las paradojas del gobierno.
Somos un conjunto cada vez mayor que luchamos con pasión por el país que creemos. Que creemos posible aquí y ahora. Que criticamos al gobierno porque entendemos que el “pueblo está para más”. Tratamos de hacerlo con solvencia y conocimientos técnicos, de manera que una crítica sobre el veto a la ley de protección de glaciares, la política minera, la resolución 125 o el blanqueo de capitales, tenga su fundamento en el conocimiento profundo de la realidad concreta, naturalmente sin desvincularla del proceso de liberación que se vive en varios Estados de nuestra América Latina.
Este espacio no es el dueño de la “verdad”. Porque, felizmente para mi que soy socialista, la verdad todavía no ha sido privatizada y por tanto no tiene dueño. La duda tiene un lugar entre nosotros y no es “la jactancia de los intelectuales” como planteara el aliado de Néstor Kirchner en el PJ Aldo Rico.
Aunque es bueno reconocer, sin embargo, que si intelectuales y hasta compañeros de la talla de José Natanson, Eduardo J. Vior, Hugo Barcia, Norberto Galasso y muchos más, en el transcurso de poco tiempo salen a disparar sobre Proyecto Sur y Solanas es porque algo de “verdad” hay en el discurso en cuestión.

Las tesis en pugna.

Antes de referirme a temas concretos desearía detenerme en la “tesis política” de muchos de estos compañeros.
“La opción política que hoy existe en la Argentina es entre este gobierno con importantes rasgos progresistas y la derecha de Patricia Bullrich Luro Pueyrredón, Pinedo, Estensoro, López Murphy, Grondona, Anchorena, los grandes pulpos mediáticos... y el Tío Sam.”
Creo respetar a pie juntillas la apreciación de un amplio abanico de sectores que, en términos generales, consideramos nuestros amigos. Sobre esta tesis se sostiene más o menos lo siguiente: hay que apoyar al gobierno en sus rasgos positivos, ser comprensivos acerca de sus limitaciones dado que el enemigo también juega y tratar de que se profundice este proceso; y se advierte que, si nos excedemos en las críticas generamos un clima destituyente que será aprovechado por la derecha.


Nosotros tenemos una tesis distinta: apoyar al Kirchnerismo hoy es garantizar la profundización de las políticas de derecha, a través de este gobierno o el que le suceda.

¿Quién tiene razón? La historia lo dirá en poco tiempo más. Será la práctica quien responda a esta pregunta. Y espero que en ese momento no se les ocurra decir que la derecha reemplazo al gobierno por las críticas que llovieron desde la izquierda.

La trama en Cuestión.

El modelo de dominación pergeñado después de la dictadora militar supone un régimen bipartidista con una fuerza ubicada en el centro-izquierda y otra en el centro-derecha. En general se supone que la ubicada en el centro-izquierda debería ser mayoritaria respecto de la ubicada en el centro-derecha, y por eso tantas disputas en torno a ese lugar. Sin embargo, la experiencia de los últimos años muestra que también puede ganar el centro-derecha. Ocurre que necesita que el centro-izquierda cumpla su función y habilite el camino, sin oponer obstáculos y sin quitar la base de sustentación de poder del centro-derecha. Estas son las reglas de juego de la dependencia que el gobierno K cumple en forma muy correcta. La llamada alternancia.

Si nuestra tesis es cierta será la derecha de afuera del PJ, por ejemplo Carrió o en su defecto la derecha de adentro, por caso Reuteman, quien reemplace al actual gobierno. Y si le garantizan al matrimonio presidencial que no tendrá que recorrer los Tribunales, habrá sentido que ha cumplido su misión histórica: salvar el sistema que se hundía después de 2001. Claro no lo hicieron solos necesitaron de una mano de Duhalde, Lavagna y otros. Es natural.

Si estuviéramos en lo cierto, estamos en condiciones de poner la pelota en la otra mitad del terreno y preguntarles a nuestros amigos lo siguiente: cuando se critica tan fuerte a Proyecto Sur, que solo cuenta con un diputado en el Congreso, ¿no se le está haciendo el juego a la derecha? ¿no se le estará haciendo el juego a Repsol, al Citibank, a Cargill, a Techint, al Club de París y muchos más?

El origen de los dos puntos de vista.

Algunos suponen que las medidas del gobierno son parte de un camino hacia un objetivo común: podría ser un país libre, justo y soberano o el Socialismo del Siglo XXI.
Nuestro punto de vista es otro. Derrumbado en forma irreversible el modelo neo-liberal después de 2001, “la dirigencia del PJ vino a salvar el sistema de negocios”. Una parte del cual es el sistema de saqueo. El sistema financiero nacional y extranjero, el de la deuda externa, del comercio exterior, el del petróleo y el gas, las transportadoras de energía, el de la minería, del peaje, de la pesca, de los grandes grupos económicos o el de sectores beneficiados con enormes subsidios estatales. Bastaría observar que los grandes ganadores del 90 siguieron siendo los ganadores después del 2001. Salvo la decisión de abolir las AFJP, medida que apoyamos con entusiasmo, el resto de los casos de estatización se circunscribe a negocios “inviables en manos privadas”. El abandono de los privados por falta de rentabilidad supuso el recupero por parte del Estado. En el caso del correo, el privado Macri se quedó con las ganancias y el Estado absorbió los pasivos. En el caso de Aerolíneas Argentinas otra vez los pasivos al Estado, agregado a esto que si no fuera por la intervención del Congreso estaba previsto su salvataje para su posterior privatización. No se trata de un Estado bobo ni perezoso, sino complementario. Interviene y deserta del área económica en forma complementaria a la necesidad de salir o invertir que tiene el capital privado conforme lo indique la tasa de ganancia en cada momento. Un Estado aliado al capital privado más concentrado. Si, incluida el área agropecuaria.

El gobierno y nosotros no vamos al mismo lugar.

Claro que tomaron medidas progresistas y las saludamos. En gran medida fueron concesiones. Lo sostenemos porque los Kirchner no tenían antecedentes en la lucha en defensa de los derechos humanos, por ejemplo. Igual lo saludamos. Pero ¿A quien se le ocurre que la crisis y la energía social desatada durante el 2001/2 no iban a tener válvulas de escape? Algunas señales deberían dar y las dieron. Las respaldamos.

En algunos casos venían como anillo al dedo: daban respuesta a una fuerte demanda social y no afectaban “el sistema de negocios”. Así fueron al banquillo de los acusados quienes violaron los derechos humanos para saquear a los argentinos, pero no fueron al banquillo de los acusados los saqueadores, ni quienes tomaron las medidas. Estos últimos grupos conforman hoy el poder real en la Argentina.



Es cierto, las tensiones entre ellos y nosotros existen.

Ellos van a un “capitalismo nacional” –dependiente, periférico, subordinado- que definen de arriba para abajo, de Buenos Aires hacia el interior.
Nosotros marchamos a un “modelo nacional-federal” con fuerte protagonismo popular –democracia participativa-, donde el pueblo pueda debatir y participar en las definiciones más importantes. Empujando al país a mayores niveles de soberanía, democracia, igualdad, justicia e integración.

Ellos muestran algunos paralelismos con experiencias anteriores. “Ustedes hagan sus negocios, el gobierno le garantiza cobertura política y estabilidad social, ustedes hagan sus correspondientes aportes, el gobierno construirá poder y manejará con habilidad esos fondos”. La abeja reina puede dormir tranquila. La distribución de la riqueza hoy es similar a la de los 90.
Nosotros en cambio planteamos una revolución social, para erradicar el hambre, la desnutrición, la indigencia y la pobreza. Confiamos en la capacidad productiva de nuestro pueblo -antes que en la del capital más concentrado-, dando origen sin ninguna duda a un modelo social, cultural y económico, bien distinto al presente.

Ellos en 2009 quieren honrar la deuda. Nosotros una auditoría.

Después de la resistencia de Cuba, la vitalidad de Venezuela, la audacia de Ecuador y las enormes enseñanzas de Bolivia, Proyecto Sur no es una izquierda abstracta. Más bien diría es la izquierda necesaria en la cual nos deberíamos encontrar “todos” quienes pensamos que otro país y otro mundo es posible.

Sintetizando “la simulación del progresismo en la lucha por el poder” no nos convence. Tenemos razones históricas, presentes y futuras. Y creemos que construir la herramienta política, social y cultural para el cambio es la tarea de este tiempo histórico.
Tarea en la que “todos” deberíamos estar involucrados.

Mario Mazzitelli.
Secretario General del PSA
en Proyecto Sur

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